CUENTOS

Sobre la Abundancia

Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, un joven fue al bosque y le dijo a su maestro espiritual: "Deseo tener riqueza ilimitada y con esa riqueza ilimitada, deseo ayudar y sanar al mundo.

¿Podría decirme por favor el secreto para crear abundancia?"

El maestro espiritual respondió: "Existen dos diosas que residen en el corazón de cada ser humano.Todos están profundamente enamorados de estos seres supremos. Sin embargo, hay cierto secreto que necesitas conocer y te diré lo que es.

Aunque ames a las dos diosas, debes prestar más atención a una de ellas. Ella es la diosa del conocimiento y su nombre es Sarasvati. Búscala con afán, ámala y dedícale toda tu atención.

La otra diosa, cuyo nombre es Lakshmi, es la diosa de la riqueza. Cuando le prestes más atención a Sarasvati, Lakshmi se pondrá sumamente celosa y te dedicará más atención. Mientras más busques a la diosa del conocimiento, más te buscará la diosa de la riqueza. Te seguirá a donde vayas y nunca te dejará. La riqueza que deseas será tuya para siempre".

Hay poder en el conocimiento, en el deseo y en el espíritu.

Este poder en tu interior es la llave para crear abundancia



Sobre el verdadero significado de la paz:

«Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.
Muchos artistas intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no reflejaba para nada lo pacífico. Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido… paz perfecta.
El rey escogió la segunda. –Porque, explicó el rey a sus súbditos, paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Éste es el verdadero significado de la paz.”»




Sobre Maya:


En una leyenda se cuenta que un día Nárada pidió a Krishna: “Señor, muéstrame a Maya”. Pasaron algunos días y Krishna le pidió a Nárada que lo acompañara en un viaje corto hacia un desierto. Luego que hubieron caminado varios kilómetros, Krishna dijo: “Nárada, tengo sed ¿puedes ir a buscarme un poco de agua?. “Iré en seguida, Señor, te traeré agua”. Nárada partió. A poca distancia de allí había un pueblo; Nárada entró en él para pedir agua y llamó a una puerta. Vino a abrirle una joven bellísima; a su vista, Nárada olvidó que su Maestro esperaba agua, que tal vez moría de sed. Todo lo olvidó y trabó conversación con la joven. En todo ese día no regresó adonde estaba su Maestro. Al día siguiente volvió a la casa y conversó con la joven; sus pláticas dieron por fruto el amor, y Nárada solicitó al padre la mano de su hija. Se casaron, vivieron allí y tuvieron hijos. Así pasaron doce años, falleció el suegro y Nárada heredó sus bienes. Vivía según su propio parecer, feliz, con su mujer y sus hijos, sus campos y su ganado. Una noche hubo una inundación. El río subió, sobrepasó el ribazo e invadió todo el pueblo. Se derrumbaron casas, y hombres y animales fueron llevados y ahogados; todo era barrido por la rauda corriente. Nárada debió huir. De una mano tenía su mujer y de la otra a dos de sus hijos, mientras que otro estaba sobre sus espaldas; así trató de atravesar, vadeando el río, las terribles olas. A los pocos pasos vio que la corriente era demasiado violenta; el niño que estaba sobre sus hombros cayó y fue arrastrado. Nárada lanzó un grito de desesperación. Tratando de salvarlo, soltó a uno de los otros, que también desapareció. Al final la esposa, a quien retenía con todas sus fuerzas, fue arrastrada por la corriente., y él mismo fue arrastrado sobre la orilla, sollozando y lamentándose amargamente. Entonces detrás de él, se dejó oir una voz muy dulce: “Hijo mío, ¿dónde está el agua? Fuiste a buscar un cántaro de agua y te estoy esperando, he aquí que ha pasado una buena media hora desde que has partido”. “¡Media hora!, gritó Nárada. Doce años enteros habían transcurrido en su mente y ¡todas esas escenas habían sucedido en media hora!
Y esto es Maya.

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